Al momento de escribir este post vamos 46 días de viaje, y jamás tuvimos que pagar alojamiento. Aún hoy ese dato me asombra, y discutiéndolo con el Danny decidimos que así debería ser, que a no ser por un caso de necesidad real, no pagaríamos hospedaje. ¿El motivo? Queremos mostrar que las cosas se pueden hacer de una manera distinta, en la que el dinero no es siempre el principal motor.
Llegamos 18:40, y Milva nos recibe con un gran abrazo y una sonrisa afable. Inmediatamente nos presenta su casa, la que compartirá con nosotros durante los próximos 4 días, y sin más, yéndose, nos dice:
- Aquí tienen la llave de ustedes, vuelvo en una hora y algo
En tan sólo un gesto logró representar lo que miles de guerras tratan de refutar.
Los días siguientes nos lo tomamos de descanso, por primera vez en el viaje intentaríamos aprovechar para decantar todo lo que habíamos vivido, todo lo que habíamos aprendido. Nunca pensé que iba a ser tanto, y que tan poco sería el margen para escribir para el blog, para escuchar música, leer, o incluso y lo más importante, estar quieto... Claro, ¡pelotuda la conclusión mía teniéndose en cuenta que viajar trata de moverse! Pero más que eso, se trataba de asimilar todo lo que había sucedido: la gente que habíamos conocido, las dificultades que habíamos pasado, ¡y tan solo en 19 días de viaje!
Y así fue que, recordando nuestro paso en las últimas semanas, tejimos puentes de nuevo a Gualeguaychú, y de ahí a Uruguay, para que nuestra guía reencontrara en su futuro lo que nosotros en nuestro pasado: “ecos de candombe, de murga, de rock en el Teatro de Verano” ↗, para así conocer el carnaval de mi tierra, ese en el que el círculo se cierra una vez más, y una amiga, que comprende el concepto de que las cosas se pueden hacer de forma diferente, le devuelve el gesto alojándola en su próxima aventura.
7 comentarios:
ay, qué lindo todo bo!!!! me encanta leerte tan feliz!!!
te quiero compadre!!
¡Gracias por el aguante de siempre, loquilla, de verdad! :)
Yo también las quiero :D
Ya no sólo Montevideo es un pañuelo, sino que con los viajes de ustedes Sudamérica se achica.
Llamalo casualidad, o causalidad... este sábado estuvimos en el tablado con Milva, Judith y Ezequiel, unos couchsurfers que se estaban quedando en lo de Juampa. Sí, la misma Milva que te otorgara su casa con toda confianza. Junto con Nancy hicimos de traductores de las parodias de las murgas Uruguayas (entre otras sobre que tenemos el Censo más largo del mundo :P ). Disfrutamos una tarde juntos y ya se fueron ellas a la Pedrera. Se nota que son personas que disfrutan de esta misma experiencia que están viviendo ustedes. Compartir la vida con tanta gente nueva de una manera tan fraternal.
¡Abrazos y fuerza para esas pedaleadas!
¡Noooo! ¡Muy fuerte, boludo! ¡Ahora Milva es oficialmente parte de la familia! Jajaja ¡Que groso! Pero no se me ocurren mejores personas para que vayan al Teatro de Verano que ustedes, ¡que copado! :D
¡Noooo! ¡Muy fuerte, boludo! ¡Ahora Milva es oficialmente parte de la familia! Jajaja ¡Que groso! Pero no se me ocurren mejores personas para que vayan al Teatro de Verano que ustedes, ¡que copado! :D
Me encantó tu post... ese sentimiento de saber que las cosas pueden ser distinta me ha llevado a apuntarme en CouchSurfing y a través de ello a conocerlos. ¡ Éxitos y nos vemos en Mendoza!
¡Nos veremos allí, Rafitaaaaaaa! :D
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