Descolgate del cielo como lluvia de enero
dale vida a la gente y siente.
Aunque tú no lo veas mojale las ideas
que broten nuevos sueños siempre
Más de 1.100 Km tuvieron que pasar para tener la primera vez de las adversidades más básicas... y las alegrías menos buscadas. Con un dolor de estómago punzante, escapamos de Las Varas con la lluvia pisándonos los talones. Las noticias continuaban llegando de todos lados: cortes de luz, árboles caídos, y Córdoba Capital inundada. No era alentador, pero queríamos aprovechar las eventuales ausencias de sol para hacer la mayor cantidad de kilómetros posible; así que temprano en la mañana, nos montamos en nuestros vehículos para un día más en la ruta, una noche más en un pueblo, y llegar al otro día a la tarde a la ciudad de Córdoba.
El resto del camino, entre pueblo y pueblo, no nos dio tregua, y la guerra contra el clima era continua. Ya cansados nos detenemos en Calchín, donde un cartel nos invitaba a continuar unos 12 Km más hasta Luque. Paramos. El Danny me mira y dice que haría lo que yo decidiera. Dudo. Continuamos.
Apenas llegamos a Luque, buscamos alojamiento en la Iglesia que, con su cura de vacaciones, nos invita a ir a la pileta municipal: el agua hervía de niños y jóvenes que entraban, salían, se volvían a meter, jugaban a la pelota, gritaban... y no fue necesario esperar mucho, que apenas estacionadas nuestras bicicletas, se aparecen tres de ellos: Matías, Sofía y Danilo que haciendo las clásicas preguntas, se ofrecen a armar la carpa.
Fue la excusa de una tormenta a la mañana siguiente la que utilizamos para quedarnos en Luque una noche... y dos noches... y tres, cuando finalmente la amenaza parecía hacerse real y, en la casa de Sofía, la familia nos insistía que nos quedáramos con ellos. Y así fue: tras un desarme express ayudado por todos los hermanos de la familia, metimos todo en el inmenso garage.
Las dos noches siguientes decidimos compartirla con Diego, pero no sin antes abrazarnos con todas las fuerzas a la tan hermosa familia que todo nos había brindado: Sofía, Darío, Micaela, Alberto y Alicia, mi mamá cordobesa, que aún entre lágrimas nos insistía con su: “¿Seguros que no precisan nada más?”, pregunta que al pronunciarla, juro que se podía escuchar en sus ecos una voz conocida y segura, una voz que coincidía con la de mi propia madre.
Real o no, este año parecía no aflojar, y si bien todos los días parecía que iba a llover, aún continuaba sin caer una gota. Pero el séptimo día sería el decisivo. Luego de aplazar la partida en más de 3 ocasiones, los pobladores de Luque ya nos saludaban con un: “¡Hola!”, seguido de un “¿Todavía siguen por acá?”. Pero ya no más; tiramos una moneda: si salía cara, nos quedaríamos en Luque, de lo contrario, partiríamos. En la primera tirada, salió sol; en la segunda, sol; en la tercera, sol... ¡y en la cuarta, sol! Así que como la última vez, desafiando al gualicho que amenazante se aproximaba sobre nuestras cabezas, tomamos nuestras bicis y cargado más de emociones y de recuerdos que de equipaje, partimos rumbo a Córdoba Capital, con cada pedaleada como de nostalgia, con cada pedaleada como de alegría, con cada pedaleada como el primer día.
6 comentarios:
es increíble leerlos cada tanto!! cada frase, cada palabra me emociona :) mil gracias por tratar de compartir sus experiencias con nosotros, gracias por hacernos partícipes, de una u otra forma de este sueño que es de ustedes y de otros tantos :)
sigan aprendiendo!! vivendo!! experimentando!! soñando!!
Abrazo grande!!
¡Muchas gracias a vos por haber compartido parte de este viaje con nosotros y por el aguante de siempre!
:) de nada!!! fue y es un verdadero placer!!
Abrazo grande a los dos!!
Puliqué el blog en mi muro :)
Me gusta!
Me re alegro dieguito!!!! siga adelante!!, me dejas de cara!!, toda mi famlia, incluso yo, somo de "Piemonte" Italia (Mazone y Martilotto) son nuestras familias!!!.. Me alegra que hayas comentado eso, ya que no conociamos muchos familiares de esa zona, y mas cruzando el charco.... Abrazo grande!!!
Jajaja, ¡que gracioso, boludo! ¿Vos cómo vas? ¿Cómo andan todos por el Abito?
Publicar un comentario