Luego de decidir la fecha, nos empezamos a meter de lleno en los detalles, y aquella etapa tan lejana de tomar decisiones comenzó a quedar atrás; y en el horizonte, junto con la Primavera, se comenzaba a oler un aroma de cambios... y también a responsabilidades. Un aroma a incertidumbre, a ganas de comenzar algo nuevo... un aroma que, en definitiva, invita a cambiar.
Lo que ahora teníamos que definir era la bicicleta que utilizaríamos. Ya hacía un tiempo que el Danny había investigado un par de cosas y yo otras tantas, y ambos nos habíamos aventurados a pedir ayuda en varias casas de bicicletas, donde nos orientaron un poco mejor y nos recomendaron distintos modelos.
Recuerdo la primera tarde que me fui hasta Specialized... Me sentí...