Todos los Sábados era imposible que no me durmiera en el ómnibus; al punto tal que era ya casi costumbre pasarme de parada al llegar al destino y despertarme en el centro de Montevideo, viéndome obligado a tomarme otro ómnibus para atrás y así llegar sobre el pucho al trabajo. Sin embargo, esa mañana era imposible que eso sucediera, ya que la charla de la noche anterior me había dejado bastante pensativo. Era claro que quien habló fue un impulso, y que si bien estuve un buen tiempo pensando en las consecuencias, éstas nunca fueron tan reales como ahora.
Esa mañana durante todo el viaje estuve analizando y repasando todas aquellas cosas que debería hacer si realmente esto era lo que quería. "Que en realidad tengo chance de tener el título intermedio...